El hecho de que creas que siempre hay que estar content@. El hecho de creer  que la tristeza es una emoción negativa y que si la sientes es porque eres un perdedor en el juego de la vida. El hecho de cultivar tu mente y hacerla interesante pero solo de cara a un auditorio digital. El hecho de que debemos tener abiertas miles de conversaciones de Whatsapp mientras estamos desatendiendo una conversación “de verdad” con alguien. El hecho de tener que poseerlo todo y lo más rápido posible. El hecho de silenciar nuestros demonios con píldoras para dormir. El hecho de ser absolutamente incapaces de atender a una sola cosa a la vez. El hecho de entender que antes de que me pisoteen me debo llevar por delante a cualquier competidor…. En resumen, el hecho de tener una mente inquieta y desatenta por definición y creer  que eso es saludable.

A esto se lo conoce como el procesamiento automático de la vida. Y genera una mente propensa a divagar y a perderse en sus propios contenidos mentales.

Familiarizarse con la mente implica aprender a focalizarla, A LLEVARLA A DONDE TÚ QUIERES. En cierto modo, se trata de aprender a hacer ZOOM. Esto es MINDFULNESS: estar en el mundo en un proceso integrado de sabiduría y amor.

Tu casa no está en el pasado ni en el presente. Tu hogar es este presente infinito. Cultivar la atención supone reconocer las condiciones de felicidad ya existentes, así como domar el tumulto mental y recuperar la unidad de la mente.

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