La psicoterapia es el conocimiento en profundidad de la persona. Y el autoconocimiento, la manera más segura de llegar a la felicidad. Una mente que no se conoce, es una mente destinada a caer en sesgos y en ideas irracionales (ej. Los demás valen y yo no), en errores de percepción (ej. mis vecinos me odian) y suele emplear la autocrítica y la hiper-exigencia como herramientas en el día a día.
Hacer terapia supone reducir la autocrítica (entender que la mayoría de tu sufrimiento no es tu culpa), el fortalecimiento de la autoestima y del autoconcepto para generar pensamientos saludables y reales.
Igualmente enseñamos a utilizar todo el espectro emocional (no existen las malas emociones, todas sirven para algo) pero buscando una base de serenidad desde la que usar esta emotividad.
El enfoque es integral incluyendo terapia cognitiva conductual, psicología del apego, psicología profunda como las orientaciones humanistas y psicodinámicas.
Nos centramos en la cualidad de los contenidos mentales pero con especial énfasis en el tono de las mismos y en desarrollar emociones que nos permitan vincular con nosotros mismos y con los demás.
Entender nuestra historia pasada y familiar, explorar nuestra educación y aumentar nuestra resistencia, así como desarrollar técnicas de autocuidado permite que dejemos de reaccionar ante los acontecimientos para empezar a reconciliarnos con ellos. Esto posibilita que nuestras respuestas sean genuinas y eficaces.
Nuestras terapias por objetivos o «focos», impulsan tratamientos de duración breve pero muy eficaces y de efectos permanentes, dejando a vuestra elección el seguir profundizando.
Entre los beneficios, se encuentra, no solo el alivio de síntomas como la ansiedad, la depresión y el estrés, sino que también la mejora de áreas como el trabajo o la escuela, la familia o la pareja y otros aspectos psicosociales, pudiendo conseguir en general, un mayor bienestar y mejor calidad de vida.