La Belleza y su impacto psicológico y social.
“En lo que respecta a la belleza física de los humanos, se vuelve un tema esencial para comprender el sesgo subconciente sobre todo en los procesos sociales cada vez más complejos. Por ejemplo, los estudios han revelado que la belleza física tiene influencia directa de importancia pues a las personas que se les considera atractivas se les atribuye que son más confiables y buenas personas que las que no se perciben atractivas. Sí, esto también se aplica para los candidatos políticos o los acusados de un delito, así como a los aspirantes a un trabajo; así que de ahí la importancia de reconocer y saber estas influencias subconcientes”.
Las personas solemos sentir la belleza como un estimulo agradable no solo de mirar sino a la hora de interaccionar también, es posible que por esa belleza que percibimos, con las personas guapas seamos más permisivos, indulgentes, más propensos a ayudarlas o hacerles favores, más amables y que al fin y al cabo influya en las relaciones humanas en general. El mecanismo psicológico que sustenta esto es la idealización o proyección, mediante la cual al percibirlo como hermoso al otro le atribuimos otras características deseables, siendo esta belleza la que nos permite idealizar el resto de la personalidad.
El que vive el ser atractiv@, al ser una variable que influye directamente en sus experiencias y relación con los demás y por tanto en sus aprendizajes y en la forma de ver el mundo y de verse a sí mismo, es algo que también está en la construcción de su personalidad. Hay muchas posibilidades en las que puede revertir esta influencia, fruto de la interacción con otras variables, por ejemplo:
El más obvio y evidente puede ser que se tengan más facilidades para entablar romances y relaciones. También que al recibir la atención de los demás, que la gente generalmente sea amable contigo, puede hacerte ver la vida como un lugar más bondadoso que para otras personas. Cuando una persona a los ojos de los demás es guapa o bella, es una variable que puede condicionar en muchos sentidos la vida de esa persona, fomentando otros rasgos de personalidad para mantener ese ideal, como ser estudioso, buenos en cuanto a acatar normas y estereotipos sociales… cumplir en general con lo que los demás esperan de ell@s.
Que fueras la persona favorita de clase para profesores y compañeros también puede producir muchos problemas… de autoxigencia, miedos a fracasar y romper ese rol de ser especial… lo que en ocasiones puede derivar en un trastorno fóbico de la personalidad. Que algunas cosas acaben resultando más fáciles que para los demás, como por ejemplo el éxito social, crea también la idea que puedo conseguir las cosas sin esfuerzo o con menos esfuerzo y que el día de mañana pueda convertirse en una persona procastinadora al no haber fomentado el esfuerzo a lo largo de su vida. Ejemplo de esto es el típico caso del “guay “de los institutos americanos o quarterback que después del instituto, cuando es adulto, es todo lo contrario a exitoso. A veces también puede fomentar el narcisismo, al hacer parecer o creerse uno mismo mejor que los demás o mas merecedor.
Por su puesto que la belleza también está presente a la hora de crear la propia identidad sexual, en cuanto a cómo uno se siente a la hora de seducir o gustar a los demás y por tanto en su autoestima. Hay personas que hacen de su belleza su principal don o bastión, fomentando así, las relaciones superficiales.
Esto solo son algunas posibilidades que quiero contar para que se entienda que la belleza es una variable que puede tener dos caras. A priori la mayoría de la gente puede pensar que es algo que siempre revierte en cosas positivas pero muchas veces ocurre lo contrario. Una de las posibilidades más destructivas hace referencia al cuento de “La Cenicienta” y del tema que trata de fondo, que es la envidia. En el cuento, cenicienta es una persona desprovista de su autentica valía, producto del reflejo que le han hecho tener de ella sus hermanastras y madrastra, ya que son las únicas personas con las que se relaciona. En el cuento es la cenicienta de la casa, no tiene ningún derecho y encima para que puedan hermanastras y madrastra sentirse mejores que ella, la tratan como si fuera fea.
Ya en la vida real, hay personas que precisamente se esfuerzan por mantener un perfil bajo para no sufrir ataques de los demás fruto de las envidias. Necesidad de no destacar, miedo a no ser humilde o incluso más bien a ser exitoso o celebrar éxitos por miedo a la crítica, gente que no tiene amigos o amigas porque no querían que fuera con ell@s. Personas que fueron como la cenicienta de los cuentos atacadas y excluidas por personas que las envidiaban, generando una percepción de no valía en ellas, o de estar sol@ por no gustar a la gente, que paradoja no?, ser guapo o guapa y creer que no gustas a la gente, pues si también pasa.
Otro efecto que puede ocurrir esta también retratado en otro cuento “El patito feo”. A veces, se dice que la gente que no es muy guapa o menos que otros, son mas simpáticos o graciosos… la idea sería que a falta de unos dones se trabajan otros. Cosa que tiene su otro polo, es decir, cuando te cuesta conseguir menos la atención de la gente por ser atractiv@ puede que trabajes menos el desarrollo de otras habilidades sociales. Pero la idea del patito feo, es algo que en cierta entrevista le escuche decir a Jesús Vázquez.
Él contaba que de pequeño era gordito y tenia gafas, puede que por su orientación sexual también, la gente se metía con él y recibió bullying durante su infancia. Se sabe que ayuda, no solo con su imagen, a luchar contra el bullying en diferentes campañas y medios. “Con la edad se fue volviendo más atractivo y de ser un patito feo que tuvo que trabajar muchas habilidades sociales para poder sobrevivir, al tiempo se acabo convirtiendo en un cisne, como dice el cuento”.
Alfredo Gª. Gárate.